29 junio 2006

Quiero dar,
Quiero recibir,
Quiero hacer,
Quiero no hacer,
Quiero destruir,
Quiero construir,
Quiero dormir y despertar...
Quiero unas manos y unos pies, unos ojos y una boca,
Quiero jugar y ponerme de mal genio; sonreir y llorar.

Desde lo más profundo de mí, Quiero ser...

21 junio 2006

Pintura de Manuel Tinizaray
Tus manos frias acarician mis ondulaciones y la piel que me protege. Un cosquilleo se extiende cuidadosamente. De mí sale un deseo de piel que se traduce en mariposas.
Siento tu respiración agitada y estacionada. Me estremezco. Recibo tus alegrias y tristezas, esas que me agitan para darte fuerza de aguantar atada a tu firmeza y dignidad.
En ocasiones tu voz se me diluye entre sonidos agudos y mi grito se ahoga. Trato de volverte a sentir, de volver a escucharte. Escarvo, esculco, abro, rompo y exploro nuevas rutas para llegar a ti; apenas logro hacerme sentir y tu ya me extrañas.
Nuevamente somos tu y yo a solas en medio de la infinidad de cuerpos y tus manos tibias vuelven a acariciarme.

18 junio 2006

En el cielo hay globos amarillos que alumbran la oscuridad y una descarga de palabras me alivia.
El vértigo desaparece por oleadas, tal vez cuando soy escuchada, en mi hay silencio y me permito escuchar lo que pasa realmente. Siento miedo de las palabras lanzadas y de los oidos que escuchan pero necesito sentirlo. Necesito saber que hay más espacio y que hay más... más y más.
Qué es lo que me aferra? EL MIEDO. Ya es hora de partir y partir para siempre. Te abandono, te cierro la puerta en la cara en medio del invierno. Congélate y destrúyete. Ya no tendrás más cabida en este lecho.
ES PARA SIEMPRE...

13 junio 2006

El sol sale por entre las nubes que delicadamente se posan en el firmamento.
Su calor me despierta y calienta.
Me despierto del profundo sueño de una batalla sangrienta.
Las piernas tiemblan por su nuevo estado erguido.
Dar el primer paso y sentir la debilidad de las lágrimas que resbalan aun.
Llorar para no perder la imagen inmortalizada de un silencio.
Golpea fuerte el vacio que revolotea por entre mi piel pidiendo abrigo.
Al rededor se levatan enormes torres de arena que lentamente se derrumban; gran esfuerzo por no volver a caer.
Detras mio cae gota a gota el manjar que alguna vez me alimentó en las entrañas de un deforme vientre.
Soy violentada por la desfachatez de la incredulidad. Caen mis rodillas y mis manos dejan sus huellas en la arena. De mi boca salen grandes sorbos de vida tomados para respirar.
Aun estoy viva y no logro saber cúal es la razón por la que el cielo se encarga de halarme hacia su firmamento mientras la tierra me clava clavos de acero forjado de lamentos.
Donde estoy?