
Tus manos frias acarician mis ondulaciones y la piel que me protege. Un cosquilleo se extiende cuidadosamente. De mí sale un deseo de piel que se traduce en mariposas.
Siento tu respiración agitada y estacionada. Me estremezco. Recibo tus alegrias y tristezas, esas que me agitan para darte fuerza de aguantar atada a tu firmeza y dignidad.
En ocasiones tu voz se me diluye entre sonidos agudos y mi grito se ahoga. Trato de volverte a sentir, de volver a escucharte. Escarvo, esculco, abro, rompo y exploro nuevas rutas para llegar a ti; apenas logro hacerme sentir y tu ya me extrañas.
Nuevamente somos tu y yo a solas en medio de la infinidad de cuerpos y tus manos tibias vuelven a acariciarme.
3 Comments:
Ahhhh, el reencuentro, que bueno es volver...
Que hermosas sensaciones y tan bien traducidas...
Cariños
Hola, muy buen poema. Te escribo para q retifiques mi nombre, me llamo Miguel y no Manuel.
visita mi blog http://migueltinizaray.blogspot.com/
atentamente Miguel Tinizaray
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