Resbalo y tiembla mi cuerpo.

Un sonido impredecible me sucumbe

entregándome la suave caricia del viento

que se lleva los granitos de arena que se ponen en mi piel.

Un pensamiento hecho nube se posa sobre mi cabeza

y llueve... he pensado en la lluvia y la lluvia a salido a mi encuentro.

He pensado en el sol y el sol se posa sobre mis pupilas.

He querido un grito y me han llegado suaves palabras que anhelan

arruyarme.

Ahora solo quedo como la espectadora favorita y fiel de este espectáculo.